Packard Super Eight Convertible Victoria – 767 (1934)

USA

El Packard Super Eight Convertible Victoria es un automóvil que tiene una carrocería de 2 puertas tipo convertible/cabriolet con un motor localizado en la parte delantera que entrega su potencia a las ruedas traseras. El Packard Super Eight Convertible Victoria es uno de los modelos 1104 de Packard. Su motor de 6,3 litros, válvula lateral de aspiración natural, tiene ocho cilindros en línea con cabezal en L que desarrolla 145 CV (108 kW) de potencia a 3.200 rpm. El motor entrega su potencia a las ruedas por medio de una caja de cambios manual de 3 velocidades sincronizada.

Las suspensiones son de ballesta semielíptica delantera y trasera con amortiguadores de presión variable y frenos mecánicos de tambor de cuatro ruedas asistidos por vacío. Su peso declarado es de 2331 kg.

Este Packard salió a la venta a un precio de 3,640 dolares. En una casa de subastas un Packard Super Eight Convertible Victoria de la colección de Richard and Linda Kughn fue subastado por 225,500 dólares en el 2013.

Se fabricaron 1920 unidades correspondientes al modelo 1004 de 1934.

Serie 11 de 1934:

Para muchos, el modelo de 1934 Packards, que la fábrica apodó la Undécima Serie, representa la cúspide de los esfuerzos de la compañía antes de la guerra. Eran los últimos modelos con guardabarros abiertos tradicionales, aunque suavemente bordeados, y la carcasa del radiador vertical por la que la empresa se había hecho famosa. Los libros han sido escritos únicamente sobre este modelo de Packard, y es ampliamente considerado entre los más bellos de todos los automóviles de producción de la Era Clásica.

La Undécima Serie Packard que se ofrece aquí cuenta con una enorme distancia entre ejes de 3.604 mm., chasis 1104 Super Eight con neumáticos de 7.50×17 similares a los de un globo, lo que aísla a los pasajeros de todos los baches, excepto de los peores. Una palanca de control de la suspensión permite al conductor ajustar la resistencia de los amortiguadores hidráulicos desde suave y acolchonada hasta una firmeza que apriete la conducción y proporcione una sensación real de la carretera. Bajo la campana, un regulador monitorea y controla la temperatura del aceite, permitiendo el uso del mismo lubricante de viscosidad durante todo el año. El primer filtro de aceite de flujo completo, una bomba más grande y un regulador de presión de aceite aseguraron que las cosas literalmente funcionaran lo más suavemente posible.

El exterior muestra la atención artística a los detalles por la que se notaba Packards, con el ángulo de la carcasa del radiador en forma de » V «, imitado en las lentes de los faros y las luces de estacionamiento de Packard Twelve. En el centro del salpicadero se encuentra la cresta de Packard, rodeada de la misma forma icónica.

El interior de cuero curtido se distingue por sus ricos adornos de madera, un panel de control de seis calibres y dos guanteras colocadas en cada extremo del tablero de madera. Las alfombras de lana de pelo cortado completan la sensación de estar rodeado de los mejores materiales.

La impresión general de este Packard es de genuina elegancia. No grita «mírame» como lo hacen algunos clásicos extravagantes, porque simplemente no tiene por qué hacerlo. Sus líneas, colores y acentos atraen automáticamente la atención, y la agradable armonía de todo el vehículo, además de la obvia artesanía que entró en su creación, lo convierten en algo más que un coche clásico muy deseable: es una auténtica obra de arte.

Photo: Greg Gjerdingen – Flickr

Source: rmsothebys